Arancini: la croqueta de arroz siciliana
Lic. en Comunicación Social, UCV. Especialización en Gerencia Pública UNEFA,…
La gastronomía italiana es tan rica como extensa. Su diversidad de sabores mediterráneos es una explosión de sentidos en el paladar. Es muy normal hablar de pizzas o pastas, pero también los arancini tienen su lugar bien ganado en la mesa.
Estas croquetas de arroz, como ingrediente fundamental, pueden ser cónicas o esféricas. En Catania tienen forma de cono como el volcán Etna, mientras que en Palermo son esferas y recuerdan una naranja debido a su forma redonda y su color amarillo tostado.
El plato es muy típico en la ciudad de Mesina y su preparación se cree inició durante la ocupación otomana. Su relleno también puede ser diverso, pero el más clásico es ragú de buey, de ternera o una salsa boloñesa, guisantes y mozzarella, aunque podríamos colocarle cualquier otra cosa en su interior y quedaría estupendo.
Antiquísimo y callejero
Se dice además que los arancini tienen orígenes antiguos, que pueden incluso remontarse a finales del siglo IX, época en la que los campesinos que cultivaban los cítricos de la tierra siciliana, los consumían como almuerzo por su importante valor calórico.
Hay algunas fuentes que afirman que el Arancini proviene de la costumbre árabe de comer arroz y azafrán condimentados con carne y hierbas. Y que el rebozado crujiente viene del reinado de Federico II: ya que el hecho de rebozarlo facilitaba el transporte del arroz y por este motivo se volvió la comida perfecta para los cazadores.
En la actualidad se siguen preparando de la misma forma, convirtiéndose en uno de los platos más populares de la comida callejera en Italia.