Covid-19 y Salud Mental
Técnico superior universitario en rehabilitación en la especialidad de Terapia…
Consejos para controlar el estrés y otras emociones negativas en esta pandemia.
El primer impacto de una epidemia es la crisis misma. No obstante, la población en general y las personas suelen presentar temor, ansiedad, angustia y depresión. En el año 2003, al inicio del brote de SARS, se informaron problemas de salud mental, que incluyeron depresión persistente, ansiedad, ataques de pánico, excitación psicomotora, síntomas psicóticos, delirium e incluso tendencias suicidas
Existen factores de estrés específicos del brote de COVID-19, entre los cuales se incluyen: El riesgo de estar infectado e infectar a otros; Los síntomas comunes de otros problemas de salud (por ej., una fiebre) pueden confundirse con el Coronavirus. Los padres pueden sentirse cada vez más preocupados porque sus hijos estén solos (debido al cierre de las escuelas); El riesgo del deterioro de la salud física y mental de personas vulnerables, como los adultos mayores y las personas con discapacidades.
Además, los trabajadores de salud pueden experimentar otros factores de estrés adicionales: Estigmatización por trabajar con pacientes del virus COVID-19 y poder contagiar a familiares o amigos; medidas estrictas de bioseguridad; mayor demanda en el entorno laboral; capacidad reducida para beneficiarse del apoyo social debido a los intensos horarios laborales; capacidades de personal o energía insuficientes para implementar la auto asistencia básica.
Una de las acciones implementadas por los países para intentar controlar la epidemia es la cuarentena. Sin embargo, esta trae consigo otros retos de salud que deben vencerse. Se han descrito generalmente luego de las 72 horas efectos psicológicos negativos, incluidos confusión, enojo, agotamiento, ansiedad, deterioro del desempeño y resistencia a trabajar, pudiendo llegar incluso a trastorno de estrés postraumático y depresión. Muchos de los síntomas se relacionan con los temores de infección, frustración, aburrimiento, falta de suministros o de información, pérdidas financieras y el estigma.
Es normal sentirse estresado, triste, angustiado, preocupado, confundido, asustado o enojado durante una emergencia. Sin embargo, puedes disminuir o evitar este tipo de sentimientos y emociones siguiendo las siguientes recomendaciones:
- Las personas que están afectadas por COVID-19 no han hecho nada malo, no tienen culpa y merecen nuestro apoyo.
- Protéjase a usted mismo y brinde apoyo a otras personas.
- Infórmese sobre lo que en realidad está sucediendo, no escuche los rumores y la información errónea.
- Busque información únicamente de fuentes confiables (como la OMS, OPS y Ministerio de Salud) sobre medidas prácticas que le favorezcan, preferiblemente una o dos veces al día y a horas específicas.
- Minimice el tiempo que dedica a mirar, leer o escuchar noticias que le causen ansiedad o angustia.
- Evite escuchar o seguir los rumores que le hagan sentir incómodo y procure aquellos con contenido positivo, alegres y entretenidos.
- Trate de mantener sus rutinas personales diarias, como el sueño, la higiene personal, los horarios de alimentación, la limpieza del hogar.
- En los períodos de estrés, preste atención a sus propias necesidades y sentimientos.
- Realice actividades saludables que le gusten y que encuentre relajantes.
- Haga ejercicio regularmente y consuma alimentos saludables.
- Mantenga su red social activa, sobre todo con aquellas personas positivas. Contácteles para apoyarles y pídales apoyo cuando lo requiera.
Mensaje de Héctor Ojeda-Casares: Consultor Enfermedades No Transmisibles y Salud Mental de OPS/OMS Venezuela. Fuente: https://www.paho.org/es/salud-mental-covid-19
Practique la meditación como una herramienta de las terapias complementarias para manejar y controlar el estrés. Una de las cosas que se puede hacer para controlar el estrés es tratar de no entrar en conflicto ni en confrontación con la situación estresante, la mente reactiva te hace más propenso a que quedes “enganchado” y el estrés te tenga prisionero y no te suelte.
Si no reaccionas tienes más posibilidades de soltarte y salir de la situación. Practica tener una mentalidad abierta y en vez de preocuparte por lo que pueda ocurrir, invierte ese tiempo y energía en entrenar la mente y las emociones para enfrentar la situación si es que llega a ocurrir. “Prepárate para lo peor, esperando siempre lo mejor”