Llega la Semana Santa y vamos a disfrutar.

Aquellos años 60 de nuestra Venezuela, estábamos pendientes de cuando seria Semana santa, Al fin llegaba y había que hacer algo… diferentes lugares eran visitados, junquito, teleférico, los próceres y muchos más que se me escapan de la memoria, lugares que con un poco de dinero podías distraerte y había uno que se repetía mucho, bajar a la Guaira, Naiguatá y los Caracas, arenita y playita, como dice la canción…
Voy a contar de aquellas semanas santas de mi niñez que estoy seguro muchos de los lectores compartirán experiencias, El día domingo de ramos buscábamos las palmas bendecidas con mi abuela y después de hacer las cruces con ellas uno comenzaba a preguntar que vamos a hacer en estos días o vamos a algún lugar y la respuesta era siempre ya veremos… hoy día entiendo esas palabras tan evasivas jajajajaja… la economiaaaaa
Después de discutir mis padres, Comenzaba la preparación para pasar el dia, los sándwiches, el agua, alguna fruta y si era posible una tortilla de patatas… en fin enfilarse a la autopista, pagar el peaje y circular con un gran control policial donde había puestos o casetas redondas para solicitar ayuda en caso de una emergencia, el paso por los túneles o boquerones con las luces de neón y los semáforos en la pared para indicar si había algún accidentado, haaaaaa y lo más importante no cruzarse de canal dentro del túnel ya que si sucedía, a la salida de este, un GN te indicaba estacionarse con la consabida multa de Bs 100.
En fin recorrido obligado por las nuevas avenidas de la guaira, observar la casa guipuzcoana, los puestos de ventas de sombreros o salvavidas con locos diseños… en fin todo observado rápidamente, desde la ventanilla del asiento trasero y luego Buscar el lugar que parecía más idóneo, una pequeña entrada de tierra junto al mar, una roca donde un pescador hacia larga espera para que picara un pez, o algo más completo con vestuarios y cafeterías, permitía comenzaba el disfrute, protector solar casero, un trago de agua para la deshidratación, y el traje de baño colocado detrás de la puerta del carro…. Y a gozar la playa…
Ya tarde el almuerzo, sándwich o la tortilla, repartida en pedazos iguales para todos, con la toalla sobre la espalda y en algunas oportunidades especiales como podía ser fin de mes, después de cobrar el sueldo, nos dirigíamos a tomar una “cocada” o las 15 letras a saborear una sopa… o al “REY DEL PESCADO” como se muestra en la imagen, con su “GRAN LETRERO” y al llegar sentarse en las sillitas de madera y la mesa con el mantel de plástico, era una gran experiencia…. ventiladores de techo, barra de cemento, toldos circulares y la espera del pescado frito, que desde que uno entraba, olía deliciosamente…
Gratos recuerdos del lugar, que según he visto todavía se conserva, con el letrero icono del pescado…. bueno y de allí a subir de vuelta a Caracas a descansar de un día alegre y diferente, Muchas historias como esta habrá, iguales o diferentes pero forman parte de nuestra vida y que de alguna manera formo el carácter de cada uno de nosotros.