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Andrés Minichini el empresario ítalo-venezolano que apostó por una industria química que ayuda a conservar el ambiente

Andrés Minichini el empresario ítalo-venezolano que apostó por una industria química que ayuda a conservar el ambiente

La historia del empresario italo-venezolano Andrés Minichini comenzó en la urbanización Prado de María, ubicada al centro-sur de Caracas, Venezuela. Sus padres de origen italiano llegaron al país para encontrarse con uno de sus tíos que habitaba en la zona y comenzar una nueva vida.

Los inicios de sus padres fueron un poco curiosos, y es que, de pasar a tener un carro Fiat en Italia, en Venezuela llegaron para tener una bicicleta y un cajón para repartir pedidos a domicilio que hacían a la bodega del tío de su madre, de inmediato su padre continuó siendo vendedor.

Un carro fue la primera compra de los esposos Minichini, y el objeto que se convertiría en el seguro de pago de la clínica donde darían a luz a su primer hijo Andrés y tiempo después a su hermana Fortuna. Económicamente la situación estaba mejorando para el padre, pero sentía que Italia era un mejor lugar para la familia por lo que decidió enviar a su esposa e hijos a Italia, el permaneció en Venezuela algo más de tiempo trabajando y ahorrando para luego regresar junto a su familia.

Luego de un año en Italia el padre regresa a Venezuela por asuntos familiares, la madre luego de nueve años esperando el retorno de su esposo decide vender sus tierras y regresar a Venezuela a encontrarse con él.

La historia de Andrés Minichini comenzó a desarrollarse en su regreso, su lengua era el italiano y en la escuela ubicada en Valencia hablaban castellano, por lo que la integración en el colegio fue un poco difícil. Junto a sus padres y hermana, viajaron a Caracas para asentarse en Catia al oeste de la ciudad capitalina. Egresado del IUT como técnico superior en química, comenzó a trabajar en el Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) y Centro Tecnológico de Petróleos de Venezuela (INTEVEP), formándose como especialista en caracterización de catalizadores.

En sus propias palabras y en entrevista exclusiva para La Nuova Piazza Italia explica que, “los catalizadores son sustancias que se pueden agregar a una reacción para aumentar la velocidad de reacción sin que se consuman en el proceso”.

Cuenta que en el INTEVEP nació un proyecto en paralelo que consistía en realizar un catalizador en Venezuela, teniendo en cuenta que todos se adquirían en el exterior, “buscábamos hacer un catalizador que se trabajó con lateritas y bauxita. Mi trabajo era realizar la caracterización del catalizador”.

Luego de crear un catalizador y presentarlo a quien en ese momento fungía como su jefe, recibió una carta 24 horas después cambiaría su rumbo en la empresa.

“Terminé con una carta donde me recordaban que solo era un técnico superior en química y que no podía aparecer en ninguna publicación donde estuvieran PHD (personas con doctorados). Que debía pensar como un técnico superior, en ese momento yo hacia mi equivalencia en la UCV en ingeniería, tarde o temprano iba a ser ingeniero por lo que renuncié sin tener otro trabajo”, dijo.

Ya Egresado de la Universidad Central de Venezuela como ingeniero químico, Andrés Minichini pasó a vender insumos a empresas de remolque, luego es contactado por una empresa de refresco.

 “Cuando inicie en la empresa de refrescos me concentré en aprender por lo que durante seis meses me dedique a observar, estuve al lado de cada uno de los trabajadores para absorber experiencia y conocimiento. Allí fui presidente, fue un periodo de muchos retos, creamos un refresco negro que llamado Brown Cola que por primera vez le hizo competencia en Venezuela a Pepsi y Coca Cola, nos integramos a la nueva asociación de embotelladores”, destacó.

Luego del refresco decidió emprender por lo que crea Free Ways una empresa que se encarga del diseño y producción de vehículos industriales para el transporte de carga remolques y semi-remolque. Aprovechando el buen momento y deseo de crecer llega a INASUL, una compañía fundada originalmente por uno de sus asesores durante la experiencia con los refrescos, en la que primero obtuvo la mitad, y tras el golpe de estado del año 92 decidió comprarla en su totalidad.

El resto es historia, 38 años en el mercado y contribuyendo con el desarrollo tecnológico del país, INASUL convierte los desechos del proceso de refinación del petróleo en productos útiles para la industria de la química inorgánica

Minichini expresa que de esta manera su empresa ayuda a conservar el ambiente aprovechando el azufre, un componente en el petróleo y evitando su desecho.

“Actualmente nosotros producimos tres productos: Anhídrido Sulfuroso, Bisulfito de Amonio y Bisulfito de Sodio. Es una empresa que maneja tecnología, somos pioneros en el mercado. Tengo la suerte de contar con mi gran amigo Roberto Moro quien maneja este tipo de tecnología en Italia, para llevar un excelente producto al mercado”, indicó.

Ubicada en Villa de Cura estado Aragua, INASUL es una industria que innova en el mercado venezolano su director el italo-venezolano Andrés Minichini concluye que “la mejor herencia que me dejó mi papá es la perseverancia independientemente de la profesión que tomes”. 

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