En octubre Venezuela celebró la memoria José Gregorio Hernández, el “médico de los pobres”

Licenciado en Comunicación social. Universidad Católica Santa Rosa. Locutor certificado…
El 26 de octubre en Venezuela se celebró el día del beato José Gregorio Hernández, considerado como el “Médico de los Pobres”.
“Hoy celebramos la segunda fiesta litúrgica de nuestro beato José Gregorio Hernández, un ser que demostró en su vida estar al servicio de los más necesitados”, escribió en Twitter la Arquidiócesis de Caracas ese día.
La Iglesia escogió esa fecha por celebrar el nacimiento del beato hace 158 años en Isnotú, estado Trujillo.Fue beatificado el 30 de abril de 2021.
En Roma se celebró una misa en Santa María Mayor y el acto académico en el Laterano, indicó la Arquidiócesis de Caracas, que citó al cardenal Baltazar Porras, desde Roma.
En horas de la mañana de ese día, una reliquia de José Gregorio recorrió el Hospital Dr. Miguel Oraá de Guanare, en Portuguesa. Se pudo conocer que pasó por las áreas de Psiquiatría, Ginecología y Obstetricia; Neonatología, Pediatría, Emergencia de adultos, Unidad de Diálisis y en oración conjunta se pidió por la salud de todos los enfermos.
También se realizó una procesión en el estado de Trujillo.
La ceremonia de beatificación se realizó el 30 de abril del año 2021. Tomó 71 años lograrlo. En junio de 2020, el Papa Francisco autorizó darle el título de “Beato”, cumpliendo así el tercer paso para una eventual canonización.
José Gregorio Hernández es considerado por quienes han hecho su biografía que fue una persona adelantada a su era. El beato, en tres oportunidades, intentó ordenarse sacerdote. Pero tanto la comunidad universitaria como religiosa le pidieron mantenerse en las aulas impartiendo sus conocimientos de Medicina.
Fue tan admirado en el mundo científico, que un boticario conservó 700 recetas médicas escritas por Hernández.
La vida del beato, reconocida por el Vaticano como «virtuosa y ejemplar», llevó a que José Gregorio Hernández fuera popular y venerado antes y después de morir atropellado en la esquina de Amadores, en Caracas.
El sacerdote jesuita Francisco Javier Duplá, autor del libro “Se llamaba José Gregorio”, resalta que pese a ser más de 100 de su muerte “no se ha extinguido” sino que ha ido aumentando el fervor de la gente él.
De acuerdo con Duplá, José Gregorio rompió la creencia, arraigada en su época, de que la ciencia y la religión estaban divorciadas. Su manera de evaluar a los enfermos le hizo ganarse la estima no sólo de los desfavorecidos, sino de figuras de poder como el expresidente Juan Vicente Gómez, de quien fuera médico de cabecera.
«Él se acercaba al paciente, lo miraba a los ojos, le ponía la mano y diagnosticaba. Tenía una especie de intuición psicológica a través de su experiencia», escribió el presbítero.